Gisela Robledo Gil, es una goleadora a lo grande desde niña, en donde antes que muñecas, tuvo en su natal Guacarí balones y guayos, siendo la disciplina, el esfuerzo y la dedicación, los ingredientes que la han llevado a empezar a consagrarse como triunfadora en el fútbol femenino.
Imagen superior de Gisela Robledo celebrando uno de sus goles en el mundial de Uruguay.Foto Fifa-com
En sus ganas y entusiasmo para pegarle con sello de gol a cada balón que tira hacia el arco rival está el poder darle la mano a su familia, a quien además de Dios, agradece y especialmente a su hermano David, que le dijo que lo suyo no era el fútbol de salón, al que ella se dedicaba, sino el de cancha grande y a su tía Olivia Gil, que le daba para adquirir los guayos y pagar los pasajes para ir a entrenar, pudiendo seguir adelante, pues inicialmente su madre Ayda Milena no estaba de acuerdo en que ella jugara fútbol; pues según afirma, “le decía, que eso era para hombres”, sin faltarle el regaño porque “lo veía de otra manera”.
Pero al final su perseverancia y los resultados obtenidos hicieron que el parecer de muchos, incluyendo el de su madre, fuera cambiando totalmente.

Gisela Robledo.Foto de Prensa del Club América de Cali.
Sus triunfos más allá de las fronteras
Los triunfos de Gisela resuenan más allá de las fronteras, entre cuyos laureles más inmediatos se encuentra en el pasado 2019 la corona obtenida con su equipo Prejuvenil del Valle del Cauca en el Suramericano de la Juventud organizado por la Confederación Suramericana de Fútbol en Asunción-Paraguay, siendo elegida como Mejor Jugadora del Suramericano por sus goles y talento en el manejo de la esférica, superando a las jugadoras rivales.

Gisela Robledo. Foto de la Federación Colombiana de Fútbol.
Torneo en el que además fue premiada como la segunda goleadora del certamen con 10 anotaciones, uno menos que la brasileña Giovanna dos Santos, de Sao Paulo.
En su trayectoria se encuentra la convocatoria a la Selección Valle Sub 17,a la Selección Colombia para el Suramericanos de la categoría y el año pasado el Mundial de Uruguay, en donde anotó los dos únicos goles del seleccionado colombiano.
Una verdadera estrella del balompié es como se perfila Gisela, quien a pesar de las ovaciones que comienza a obtener no pierde su sencillez y la humildad de una joven que a sus 15 primaveras, diferente a muchas otras chicas de su edad, piensa en entrenar duro para llegar muy lejos en el fútbol femenino.
Una tarea que tampoco ha sido fácil para esta pequeña en estatura pero gigante en gambetas y explosión cuando toma el balón, quien con gran esfuerzo le ha cumplido a sus estudios secundarios que adelanta cursando el grado décimo en el Colegio José Ignacio Ospina de Guacarí, desde donde todos los días debe viajar una hora en un bus que hace un recorrido de 50 kilómetros para llegar a Cali hasta el Club Atlas en donde se forma como futbolista, teniendo como su profesora a la jugadora de fútbol Carolina Pineda, por quien siente admiración.

Su anhelo de seguir creciendo es grande, tomando todo con mucha calma, porque aún cree que le falta mucho trecho por avanzar, sin dejar de lado sus sueños de llegar a las primeras ligas del fútbol mundial.
Camino que parece irse abriendo con el actual interés que tiene un equipo español en contar con ella dentro de su nómina, haciendo pensar que probablemente muy pronto Gisela pueda estar triunfando en el fútbol mundial femenino, luciendo la camiseta de algún reconocido equipo europeo.








