Preocupante aumento de Inseguridad en la Región Pacifico
La Región Pacífica, conocida por su rica biodiversidad y diversidad étnica, enfrenta una compleja crisis de seguridad que ha impactado profundamente en su desarrollo social y económico, esta área geográfica, que abarca los departamentos de Chocó, Valle del Cauca, Cauca y Nariño, ha estado históricamente marcada por la presencia de grupos armados ilegales y el narcotráfico.
La debilidad de las instituciones locales y la falta de presencia estatal son factores que contribuyen a la persistencia de la crisis de seguridad, la corrupción y la falta de recursos limitan la capacidad de las autoridades para hacer frente a los desafíos de manera efectiva.
La crisis de Ecuador y la relación con el Pacifico Colombiano.
Antes considerado uno de los países más protegidos de América Latina, Ecuador ha experimentado una transformación que lo ha situado entre los menos seguros de la zona, e incluso a nivel global, con epicentros en ciudades como Guayaquil y Esmeraldas, la responsabilidad de este crecimiento de la inseguridad recae en el crimen organizado, en el contexto de Ecuador, este crimen está conformado por una mezcla de la mafia albanesa, grupos colombianos y pandillas ecuatorianas que actúan en beneficio de la actividad delictiva.
La cercanía con Nariño, Colombia es factor fundamental, ya que este es el departamento donde se cultiva el 50% de la coca Colombiana, el rápido aumento de la violencia en el vecino país es probable que se dé por la cercanía geográfica con la frontera Colombiana.
Foto tomada de: CNN
Impacto profundo de la violencia en las comunidades del Pacífico Colombiano.
Algunos sectores como; Ricaurte en Nariño, Bajo San Juan en Buenaventura, Novita y Sipi en Chocó, han experimentado directamente el fenómeno del desplazamiento causado por el conflicto armado y la violencia descontrolada en la región.
Las estadísticas provenientes de estas áreas del sur del país son extremadamente inquietantes, con números que llegan a registrar hasta 5.000 desplazados por área geográfica. Este estado de crisis humanitaria condujo a la Iglesia Católica a expresar su preocupación ante la situación, ya que consideran que las autoridades gubernamentales no han cumplido con la responsabilidad de proteger y respaldar a los habitantes locales.
Desde la perspectiva de Laura Bonilla, quien ocupa el cargo de subdirectora en la fundación Paz y Reconciliación, es urgente que el Gobierno identifique y aplique de manera inmediata soluciones que aseguren la protección de estas comunidades.
Asesinatos que impactan a las Fuerzas Policiales.
El pasado domingo, el subintendente de policía Carmelo José García perdió la vida en un atentado con un vehículo cargado de explosivos, de acuerdo con las autoridades de Colombia, el suceso ocurrió en contra de la subestación policial ubicada en el corregimiento de Timba, en la localidad de Buenos Aires, perteneciente al departamento del Cauca.
Pero un día antes de este lamentable hecho, el sábado, tres agentes de policía perdieron la vida y otro resultó herido en un ataque ocurrido en una carretera del municipio de Morales, en Cauca, Colombia.
Las víctimas fatales fueron identificadas como el subintendente Michael Luis León, el patrullero José Laureano Orozco Bedoya y la patrullera Emmy Marllely Rodríguez Gamboa, mientras que el patrullero Leonardo Bernal Pérez resultó herido en el ataque.
Foto tomada de: Chica Noticias
En medio de un clima de preocupación y consternación, Colombia nuevamente se enfrenta a una lamentable ola de violencia que ha cobrado un precio doloroso, en recientes sucesos, hemos sido testigos de un sombrío aumento en los ataques dirigidos contra los miembros de las fuerzas policiales del país, estos incidentes,
como el ocurrido hace poco en la región de Morales, Cauca, subrayan la vulnerabilidad de aquellos que arriesgan sus vidas para mantener la seguridad y el orden.
Todos los acontecimientos de violencia que azotan a Colombia en general, resaltan la necesidad urgente de abordar la persistente violencia en Colombia y de fortalecer las medidas de seguridad para aquellos que están en la línea de frente.
Con cada amanecer en la Región Pacífica, se renueva la urgencia de poner fin a la persistente crisis de seguridad que ha ensombrecido estas tierras, los hechos han hablado por sí mismos, exigiendo una respuesta colectiva que trascienda los límites de la adversidad y el miedo.
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