
En Buga existe una mujer que al recorrer sus calles inspira alegría, amabilidad y resiliencia. Su nombre es Cristobelina, una vendedora de Chontaduro que es reconocida por todos los habitantes y turistas del municipio.
Al recorrer diariamente las calles con su venta de Chontaduro, Cristobelina es reconocida como parte de la memoria histórica de Buga; ya que, al contonear sus caderas, tener siempre una sonrisa en su rostro y una amabilidad que la caracteriza por vender sus chontaduros, hace que su historia sea parte de las mujeres valientes y trabajadoras que tiene este país. María Cristobalina Delgado Hinestroza, es una mujer afrodescendiente que nació el primero de Julio de 1969 en Tadó Chocó. Tan sólo con 2 años de edad junto con su madre adoptiva María Mosquera, a causa del desplazamiento y bajo las amenazas de los grupos ilegales armados, tuvo que trasladarse a Buga, Valle del Cauca dejando la tierra que la vio nacer y perdiendo el contacto definitivo con sus tres hermanos. María Mosquera tía de Cristobelina fue la que se hizo a cargo de ella, hasta el punto de convertirse como una madre, a pasar de que sufría de maltrato físico por parte de su tía, María Fallece a la edad de 75 años dejando sola a Cristobelina sin ningún vínculo familiar en Buga.
A parte de recibir siempre a sus clientes con alegría para venderles chontaduros, un rico fruto tropical típico de la región y ruletas, se encarga algunas veces en diferentes restaurantes de la zona céntrica de Buga preparar el famoso “pescado con leche de coco” – “echo con Tilapia o Bocachico, esa es mi especialidad”– lo afirma Cristobelina, con una actitud afectuosa se ha ganado el cariño de los bugeños.
Cristobelina acude a su vecina de toda la vida Deisy en la cual encuentra un apoyo y refugio maternal, fue gracias a ella que aprendió todo su conocimiento sobre las plantas medicinales y sus funciones, preparando bebidas y aguas especiales para la curación de enfermedades, heridas, buena suerte y fertilidad. Así mismo, también se desempaña haciendo otros oficios, gracias a sus conocimientos ancestrales realiza trabajos de magia blanca o medicina – “yo le ayudo a la gente a sacarle los males que tienen encima, porque hay gente que es muy mala”- expresa Cristobalina Delgado.
Sueña con tener su negocio propio “una revueltería” en su casa, es decir una venta de verduras y frutas, sin embargo, aún esto no lo ha logrado del todo por la difícil situación que está atravesando el país. No obstante, las ganas le sobran para seguir trabajando.
Con esto, les demuestra a las juventudes que a pesar de los años y las difíciles situaciones por las que ha tenido que vivir como por ejemplo la pérdida de la vida de su hija con tan solo 16 años de edad en un accidente automovilístico y estar sola, las adversidades se pueden contrarrestar con una sonrisa que trasmite amabilidad y cariño.
Cristobelina, una “entradora” que diariamente lucha por su sustento, es un ejemplo de una mujer afrodescendiente que inspira más que regocijo; a pesar que le tocó trabajar desde temprana edad, realizando diversas actividades y es una persona que no aprendió a leer ni a escribir, no se limita. Buscando siempre la manera de ganarse la vida, nos demuestra que ante las dificultades se puede llevar una vida mejor con una buena actitud.
Esta es una de miles de historias de vallecaucanos que luchan a diario por tener una vida digna y que con ello se han ganado el aprecio y la admiración de muchos. Suscríbase y conozca más historias como esta.